Llevo tres días durmiendo fatal, y esta noche en concreto no he pegado ojo. Me he pasado toda la noche escuchando a Ed Sheeran y Easy piano, pero no he pegado ojo. Me duele todo el cuerpo, los pies, las piernas, la espalda, los brazos, las cervicales, la cabeza y en general todo. A las cinco de la mañana he cambiado de emisora, pero nada, seguía sin pegar ojo, para mi el mejor somnífero es la TV, pero es tan mala, que hasta tengo miedo de ponerla. 
Yo debería estar en Miami tomando el sol, aunque sólo hizo buen día el viernes, pero el sábado por la mañana me llamaron porque a mi madre ha habido que ingresarla otra vez, así que cogí la furgo y para el hospital a ver como va la cosa en esta nueva emergencia. Han ido pasando la horas y esta noche ha sido horrrible, hasta que he empezado a soñar que estaba en Melilla aparcado frente al cine Nacional, que por cierto, creo que ya no existe, y no sé como he ido a parar a una playita como de gitanos morunos, donde he conocido a unos moritos que me han recibido muy amablemente. El cabeza de familia se llama Yusuf, y tiene 17 hijos, de dos mujeres diferentes, unos con la tez blanquesina y los otros mas negros que el carbón, pero una familia muy bien avenida, que lo comparten toda y a todos lados van juntos. Uno de ellos, Mohamed, ha sentido un flechazo y se ha enamorado de mi, pero no ha sido solo eso, sino que ha empezado a tocarme el culo y ha resultado divertido. Yo he estado bañándome en la playa solo, pues ninguno de la familia sabía nadar, aunque cada dos por tres me traían dátiles y algún pescadito frito a la orilla. La madre, una anfitriona de antaño, no ha dejado de estar pendiente de mi, y el padre no ha parado de contarme historias, y así todo el día, pero cuando ha llegado la noche, tenía que ir a buscar mi coche, y toda la familia en pleno ha decidido acompañarme. Imaginaros a 18 personas dentro de una furgoneta, la del padre, no la mía, y aprovechando que íbamos tan apretados, Mohamed me ha plantado la mano sobre el culo, diciendo que era para que no me cayera, pero eso no ha sido lo mejor o lo peor, alguien de la familia me ha agarrado de la polla y ha estado meneándomela todo el camino, y justo cuando hemos llegado al cinema, he decidido levantarme. 
«Los sueños, sueños son.»

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