Tuxtla Guitierrez es la capital del estado de Chiapas, y un centro de partida para muchas excursiones interesantes en los alrededores. En la ciudad puedes visitar la catedral, que me pareció pequeñita. También puedes visitar el Museo del Café, que no resultó muy interesante, pero en el parque de la Marimba se organizan con frecuencia conciertos de marimba casi cada día, y la gente baila al son de la música, en un bonito escenario, pero que no pude ver, ya que lo intenté tres veces. La primera vez dió la casualidad que no había Marimbas ese día. Para el segundo día pregunté a qué hora empezaban pero cuando llegué, el horario que me habían dado no era correcto y ya habían terminado. La tercera vez que fui también había cambiado la hora. Es mejor que os aseguréis preguntando a varias personas a qué hora empiezan las marimbas, no os pase lo que a mi.
Hay una vida nocturnas interesante, pero destaca la ciudad sobretodo para organizar escursiones a lugares muy bonitos cercanos. Los viajes no son caros, pero seguramente tendrás que madrugar, preparar un buen calzado, y teniendo en cuenta que va a durar todo el día, incluso puede que te regresen ya bien entrada la noche. Alquilé un apartamento a través de Booking, y resultó muy agradable y nada caro, justo en el centro de la ciudad.
La anécdota mas interesante fue que estando un día cenando, se acercó una niñita a venderme artesanía. En principio le dije que no quería nada, pero me fijé en que no dejaba de mirar mi plato de comida, y la pregunté si quería comer algo, me dijo que sí, y la invité a sentarse a mi mesa. Llamé a la camarera para que trajera el menú, y la niña eligió un plato que resultó uno de los mas grandes de los que me han servido en México. Estuvimos comiendo juntos durante un buen rato, pero al final la niña comía con tanta tranquilidad, disfrutando el plato, y como yo quería irme, le dije, quieres llevarte la comida en un paquete. Me dijo que sí y la camarera se lo empaquetó muy dulcemente. Al día siguiente y después de volver a fallarme otra vez las marimbas, volví al mismo restaurante a comer, y estaba en ello, cuando apareció un muchachito preguntándome si podía invitarle a comer, como había echo con su amiga el día de antes. Le dije que sí, y pidió un enorme batido. Le pregunté si había visto a mi amiguita hoy, y me dijo que estaba vendiendo por la plaza, que luego vendría. Estábamos comiendo cuando apareció otra chica, y también la invité a comer, y al final apareció mi amiguita con una pulsera que le había encargado el día de antes, después de haberle comprado otras dos pulseras, para un amigo y su mujer. Los clientes de otra mesa se habían fijado en el detalle que yo había tenido con los niños y siguieron mi ejemplo. Fueron unas cenas inolvidables, con la mejor y más tímida compañía de Tuxtla.
Antes de irme a dormir, estuve hablando con Juanito, un vigilante de los apartamentos que quería ser cantante de corridos y que no cantaba, pero al que tengo que desearle mucha suerte.
Aquella noche ligué y también pasé un buen rato. Al día siguiente tenía que elegir donde ir de excursión.